En la hacienda hay 600 árboles considerados patrimoniales, entre los que se destacan 170 palmas de coco y cipreses bicentenarios. Estos, junto a las construcciones, forman parte del inventario del patrimonio del Distrito Metropolitano de Quito. La casa cuenta con 12 glorietas, jardines, parques, piletas, piscinas, vestidores, tres pozos, pantanos naturales y artificiales e incluso una casita de piedra en la que, según indican los vecinos más antiguos, vivió una tortuga galápago gigante. La propiedad posee, asimismo, varias temporalidades o etapas constructivas diferentes, pero muy integradas entre sí. Por esa razón parece fue construida en una sola época.